martes, 26 de octubre de 2010

CASOS DEL CORAZON


Es un grosero en la cama

REBECA (28, San Juan de Lurigancho).- Siempre quise llegar casta y pura al matrimonio porque mis padres me inculcaron que así debía ser. Confieso que soy de otros tiempos y hasta mis amigas me dicen que estoy hecha para ser una monja y no para casarme. Al conocer a Fabián y empezar la relación le dije siempre que no pretendiera tener relaciones sexuales, pues mi propósito era guardarme para el matrimonio y tener una verdadera luna de miel.

Sin embargo, doctora, después de dos años juntos y bajo la promesa de que nos casaríamos en un año y ya habiendo pedido mi mano en matrimonio, terminé accediendo a sus ruegos de estar juntos y tener intimidad.

La primera vez fue maravillosa y sentí que por mucho tiempo me había perdido de disfrutar del amor y las caricias de Fabián. Pero lamentablemente con el tiempo las cosas fueron cambiando, o mejor dicho, mi novio comenzó a cambiar y mostrarse tal como es.

Hace unos seis meses que empezamos a tener relaciones sexuales y Fabián se ha quitado la careta. Cuando estamos juntos de pronto me habla lisuras, me dice cosas que en mi vida había imaginado oir. Se vuelve un hombre vulgar y me trata como si me hubiera recogido en una esquina o fuera una mujer de la calle. Le he reclamado su comportamiento, que sólo se da en la intimidad, y me responde que siente mucho placer diciendo esas cosas y que debo entenderlo.

Sinceramente no sé qué tengo o debo entender, doctora, pues le he dicho que no volveremos a tener sexo hasta que no cambie de proceder, pues me desagrada ser tratada en la intimidad como si fuera una vulgar mujerzuela, pues aunque no me haga daño físicamente, sólo escuchar las vulgaridades que me dice me hacen sentir muy mal.

CONSEJO: Creo que debes conversar con tu pareja, pues dejar de hacer el amor no soluciona nada, más aún si piensan casarse. Creo que deben encontrar un equilibrio, ambos ceder en algunas cosas y hallar un punto medio para salvar la relación. De lo contrario, no habrá forma de que sigan juntos.