jueves, 27 de agosto de 2009

CASOS DEL CORAZON


Una muchacha me hizo hombre

WILSON (32, San Miguel).- Desde que era adolescente me di cuenta de mi opción sexual y gracias a Dios pude crecer, desenvolverme y hacerme profesional sin ningún problema, pues mis padres supieron darme el apoyo necesario para no sentirme extraño ni ocultar lo que sentía.

Fue así que a lo largo de mi vida he tenido relaciones de pareja con personas de mi mismo sexo sin tener que ocultarme. Como se dice popularmente, nunca me quedé escondido en el clóset y siempre me mostré tal como soy, claro está sin hacer escándalos ni con disfuerzos.

No soy de los que se visten como mujer, caminan con disfuerzos o tienen detalles femeninos exagerados, pero tampoco escondo mis gustos y mis amigos han sabido aceptarme tal como soy.

Siempre me he sentido tan seguro de mi opción sexual que ahora estoy extrañado conmigo mismo y sorprendido porque he conocido a una muchacha que me llamó la atención desde que la vi.

La veo casi a diario porque va siempre a la oficina donde trabajo. Primero entablamos conversación por el mismo empleo, pero después nos hemos puesto a charlas de temas personales. Me he dado cuenta que me gusta e inquieta y yo no le soy indiferente, pues antes aparecía con la cara lavada y su cabello amarrado, pero ahora va con su melena suelta y bien maquilladita.

Conversamos bastante y confieso que hasta he tenido sueños húmedos con ella, lo que me tiene un poco desequilibrado porque tengo mi pareja que es de mi mismo sexo, con quien llevamos dos años de relación.

Pero lo que más me preocupa, doctora, es que en cualquier momento mis compañeros de la oficina me delaten o hagan alguna broma delante de esta muchacha y ella se decepcione de mi, pues es la primera vez que pongo mis ojos en una mujer y que siento deseos por alguien del sexo opuesto.

CONSEJO: Definitivamente estás confundido y bien podría decirte que te dejes llevar por tus impulsos, pero sólo conseguirías engañar a tu pareja, a esta muchacha y a ti mismo. Será mejor que busques la ayuda de un especialista y aclarar tu mente.

jueves, 20 de agosto de 2009

CASOS DEL CORAZON



Vivo un romance con mi chofer

JOSEFINA (50, San Borja).- Estoy atrapada en una relación adúltera y por más que quiero terminarla no puedo, pues cada día que pasa me aferro más a seguir viviendo esta experiencia que nunca antes había tenido.

Tengo más de veinte años de casada y aún cuando amo a mi esposo, confieso que jamás había sentido tantas cosas juntas como ahora que entablé una relación con Oscar, mi chofer del trabajo.

Ocurre, doctora, que por mi trabajo paso más horas en la oficina que en mi casa y mi marido también tiene un trabajo que le demanda mucho tiempo y nos encontramos en las noches cuando llegamos exhaustos a casa.

Como comprenderá, estamos tan cansados que nos damos un duchazo, conversamos un poco y luego nos quedamos dormidos, al punto que tenemos intimidad sólo los domingos que descansamos. Pero cuando tenemos un compromiso y salimos de casa por la mañana, se nos pasa el día y no tenemos nada de nada.

Y como quiera que a Oscar lo veo casi todo el día, pues me lleva de un lugar a otro, empezamos a entrar en confianza y un día que me llevaba a casa le pedí que desviara la ruta porque quería tomarme un café.

Le pedí después que me llevara a respirar un poco de aire de mar. Fuimos a la Costa Verde, se estacionó y estuvimos conversando. Como nunca yo estaba sentada en el asiento del copiloto y ahí empezó todo. Como el auto tiene lunas polarizadas hicimos de todo en el carro y en ese momento me olvidé de los problemas y me volví a sentir viva, deseada y querida.

Desde esa noche a la fecha han pasado como cuatro meses y pese a que me siento muy bien íntimamente, siento remordimientos por mi esposo y porque no está bien que me involucre con alguien del trabajo y que es mi subordinado.

CONSEJO: Si eres consciente de que estás haciendo algo incorrecto, sé lo suficientemente fuerte y decidida para terminar con esa relación que te puede acarrear problemas en casa y el trabajo.

miércoles, 19 de agosto de 2009

CASOS DEL CORAZON


Mi yerno me tiene loca

REBECA (50, Trujillo).- Me he convertido en una pecadora y sé que lo que estoy haciendo no tiene perdón de Dios, pero no sé cómo salir de la relación en la que me he metido, pues por más que intento siempre caigo en la tentación y termino en los brazos de mi yerno.
Hace tres años se casó mi única hija y su boda fue hermosa. Se le veía tan feliz y yo estaba tan contenta de ver realizado su sueño, que jamás cruzó por mi mente que después sería yo quien la traicionaría.
Mi esposo murió hace años y la casa que nos heredó es grande, así que mi hijo y su esposo fueron a vivir a mi casa. Nunca antes lo había visto con otros ojos que no fueran el de casi un hijo, pero la convivencia me llevó a conocerlo más y a mirarlo de otra manera.
Fue así que me involucré en una relación sexual, más que sentimental con el esposo de mi hija y nos encontramos siempre en un hotel alejado de la ciudad.
Sé que estoy haciendo mal, que si mi hija se llegara a enterar se moriría y yo con ella, pero por más que intento cortar la relación no puedo, pues tenerlo junto a mi es más fuerte que yo y a mi yerno le sucede lo mismo.
He tratado de insinuarle a mi hija que compren un departamento para que estén solo o yo mudarme a un lugar pequeño y dejarle la casa, pero ella quiere que vivamos juntos.
Tengo mucho miedo de que se descubra nuestro engaño, no quiero hacer sufrir a mi hija, pero confieso que estoy siendo débil frente a la tentación.
CONSEJO: Es más que terrible lo que estás haciendo. Tienes que alejarte de ellos lo más pronto posible y poner todo de tu parte. Si reconoces tu debilidad, entonces enfréntala. Hasta los animales defienden a sus crías y tú la estás traicionando.

CASOS DEL CORAZON


No puedo olvidar su pasado


GERMAN (41, Barranco).- Me casé hace un par de años con Emilia sabiendo que tenía un pasado un poco azaroso y que por su vida habían pasado varios hombres.
La conocí por unos amigos y todos me decían que invitándole un par de tragos podría conquistarla, pues no tenía reparos de estar con cualquier hombre, siempre y cuando a ella también le gustara.
No era de las que salía a cambio de que le invitaran algo, ni tampoco de las que gustaban sangrar a los hombres, simplemente se divertía y buscaba placer con quién quqría y cuando lo deseaba.
Y fue así que en la primera noche que nos conocimos estuvimos juntos. La diferencia fue que seguimos saliendo y me enamoré de Emilia y ella de mi.
Después de casi año y medio de salir juntos y de que ella me jurara que dejaría de ser la de antes y que me guardaría fidelidad, nos casamos y tuvimos una niña.
Confieso que Emilia me hace feliz en la intimidad, que dejó de trabajar para cuidar a nuestra hija, tiene la casa en orden y todo bien dispuesto en el hogar.
Sin embargo, cuando tiene alguna reunión con sus amigas de la oficina donde trabajó o sale con sus hermanas al cine, me lleno de celos pensando que quizá se va a otro lado tener sus aventuras como cuando la conocí.
Reconozco que ella no me da motivos, pero no puedo olvidar su pasado azaroso y en ocasiones me pongo violento por celos. No le pego porque sería incapaz de hacerlo, pero a veces la lastimo con ofensas.
Mi temor es que se canse y termine por dejarme, pues me ha dicho que si no confío en ella es por demás que sigamos juntos.
CONSEJO: Si eres consciente de que tus celos son infundados debes tratar de controlarte. Quizá deberías acudir a terapia para canalizar tus sentimientos. Demuéstrale a tu esposa que confías en ella. Pero si no puedes con tu carácter, será mejor que la dejes ir para que no la lastimes más.

CASOS DEL CORAZON


Mi esposa se volvió una tigresa

MIGUEL (Santa Anita).- Después de un año separados, pues por motivos de trabajo viajé fuera del país, regresé a mi casa ansioso por ver a mi esposa y mis hijos, a quienes extrañaba abrazar.
Todo el viaje de regreso lo hice pensando en que podría estrechar a mis niños, jugar con ellos, disfrutar de sus sonrisas y volver a tener entre mis brazos a mi mujer, ya que en todo este tiempo le guardé absoluta fidelidad y aun cuando tuve tentaciones no caí en el pecado.
Sin embargo doctora, en la primera noche juntos me di cuenta que Rosalba había cambiado por completo, pues en la cama encontré a una mujer totalmente desinhibida y que tomaba la iniciativa e incluso hasta hicimos el amor en posiciones que nunca antes habíamos experimentado y todo por iniciativa de ella.
Desconocí por completo a mi esposa, quien siempre fue un poco tímida y en la intimidad dejaba que yo la guiara. Incluso no hablaba mucho de sexo y ahora siempre es ella la que toca el tema.
Como usted comprenderá, doctora, su comportamiento me hizo sospechar de que algo ocurrió durante mi ausencia y que alguien le enseñó todo lo que ahora sabe.
Pero eso no es todo, antes usaba su cabello largo, las faldas largas e iba todos los días a su templo, pues era evangélica. Ahora ya dejó de ir a su iglesia, ya se olvidó de leer la Biblia y hasta cuenta chistes subidos de tono.
Estoy preocupado, pues pienso que Rosalba me fue infiel en el año que estuve fuera de casa, pero no me atrevo a preguntarle nada por temor a que se ofenda.
He tratado de averiguar entre mis amistades sobre su conducta en mi ausencia, pero nadie me dice haberla visto en andanzas.
CONSEJO: Nada ganas quedándote callado, pues así tus dudas aumentarán. Lo que debes hacer es conversar con tu mujer, decirle lo cambiada que la notas y que te de una explicación. El silencio sólo hará aumentar las dudas y que empiecen las peleas.