miércoles, 12 de mayo de 2010

CASOS DEL CORAZÓN

Me obliga a hacer cosas malas
 
LUCIANA (27, Santa Anita).- Me siento muy mal conmigo misma por consentir que mi esposo haga cosas que no me gustan, pero que termino aceptando para que no se moleste y no me vaya a cambiar por otra mujer.
Al conocer a Benjamín nunca imaginé que sería un enfermo del sexo y que necesitara de "otras cosas" para alcanzar el placer que desea.
Reconozco que el primer año de casados viví plenamente nuestra intimidad, pero después no sé si Benjamín empezó a cambiar o sacó a relucir su verdadera personalidad, pero lo cierto es que empezó a pedirme cosas que jamás imaginé.
Una noche que salimos a tomar unos tragos me preguntó si me gustaría tener un encuentro con otra persona más. Le dije que no, pero a los pocos minutos tocaron el timbre y apareció una mujer voluptuosa que trató con mucha confianza a Benjamín.
Finalmente, mi esposo cumplió su fantasía de estar conmigo y con otra mujer en la intimidad, a pesar de que yo no estaba de acuerdo.
Me sentí muy mal después, pero él terminaba consolándome diciéndome que una mujer debe complacer en todo a su pareja y que era la única manera de que no me fuera infiel.
Después me ha pedido disfrazarme, darle con látigo y permitir que él también lo haga conmigo, además de otras cosas que son más fuertes y me averguenza contarle.
Yo amo a mi esposo, doctora, pero siento que ya no soy feliz y que en la intimidad estoy haciendo cosas que no me gustan, pero que me veo obligada a hacerlas para complacer a Benjamín y que no termine poniéndome los cuernos.
No sé hasta qué punto sea normal lo que le gusta a mi esposo y tampoco sé hasta dónde me llevará seguir con sus exigencias.
CONSEJO: Las experiencias en la intimidad son "normales" mientras la pareja esté de acuerdo. Pero si uno de los dos accede a realizar cosas contra su voluntad, entonces eso ya no sólo no es normal, sino que no está bien y a la larga perjudicará la salud mental de quien actúa por obligación.

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