martes, 27 de julio de 2010

CASOS DEL CORAZON

Por una amante perdí mi hogar

Efraín (38, San Martin de Porres) Doctora, estoy deprimido porque por culpa de una amante perdí a mi esposa y mis dos hijas. Le cuento mi terrible drama que empezó hace unos días. Martha con quien mantenía una relación extramatrimonial de un año, me pidió que me divorciara de mi esposa para casarme con ella, porque estaba embarazada. Por supuesto que le puse bien en claro que no me separaría de la madre de mis dos hijas, porque mis gorditas son lo mejor que me ha pasado en la vida, y que si vivía lejos de ellas no me lo perdonaría. En principio pensé que Martha había entendido mi posición y que todo estaba normal entre nosotros, pero no fue así, pues mi amante me hizo una jugada perversa que nunca imaginé. El pasado jueves cumplimos nuestro primer aniversario y mi adorado tormento me dijo que quería pasar toda la noche conmigo en un hotel. Tomamos vinos celebrando nuestro día y a los pocos minutos empecé a sentirme mal, así es que me recosté sobre la cama. A las horas escuché a una mujer que gritaba ¡sinvergüenza! ¡mal hombre! Abrí mis ojos y vi a mi esposa dentro de la habitación mirándome y mi amante que le decía que acabamos de hacer el amor, por eso estaba desnudo. Mi señora salió llorando del cuarto, intenté ir tras de ella, pero no pude, pues apenas podía pararme. Sucede doctora que la muy bandida de Martha me había pepeado, luego fue a mi casa y llevó a mi esposa al hotel con engaños. Cuando recobré la conciencia le reclamé a Martha su actitud, pero ella muy suelta de huesos me dijo que ya era hora de que mi esposa se enterara y me confesó que no estaba embarazada. Desde ese entonces he buscado a mi señora, pero no he podido encontrarla. Sus familiares me han dicho que viajó a provincia con mis hijas y que la deje en paz, porque nunca perdonará mi infidelidad. Estoy muy arrepentido y quiero a mi familia de vuelta, pero no sé como recuperarla. Doctora, ayúdeme.

CONSEJO: Eso te pasa por sacavueltero. Ahora sólo te queda tratar de conversar con tu esposa y lograr que te perdone. Todo dependerá si logras convencerla de tu arrepentimiento y de que nunca más volverás a sacar los pies del plato. Suerte.

No hay comentarios: