las tentaciones
ABEL (45, Salamanca).- La vida me ha llevado a vivir una serie de aventuras amorosas que he tenido sin buscarlas, prácticamente después de ser acosado por mujeres que he conocido y porque, confieso, soy débil ante las tentaciones, tengo poca voluntad y me rindo fácilmente ante los requerimientos de una fémina.
Nunca he sido mujeriego y en la época de soltero tenía enamoradas a las que respetaba y jamás las engañaba, pero cuando me casé las cosas cambiaron y empecé a tener jale con las mujeres.
Primero fue una amiga que conocí por el trabajo. Comenzó a llamarme y no paró hasta que salí con ella. Nos hicimos amigos y por mi mente n o pasaba tener nada con ella, pues estoy felizmente casado, pero Flavia era demasiado insistente y terminé enredándome con ella.
A los meses corté esa relación, pero no pasó ni un mes y conocí a Elisa, la nueva vecina del barrio que siempre buscaba pretextos para tocar la puerta de mi casa. Hasta se hizo amiga de mi esposa para entrar a mi casa y conversar conmigo. Inventaba caños que goteaban y hasta fusibles quemados para que fuera a su casa a ayudarla y allí aprovechaba para acosarme. Finalmente terminé cediendo a sus encantos y siéndole infiel una vez más a mi esposa.
Ahora estoy pasando por una situación similar con una compañera de trabajo que me coquetea, me escribe correítos insinuantes y busca cualquier pretexto para acercarse a mi escritorio e invitarme a tomar un trago.
Estoy luchando para no ceder, doctora, pero no sé cuánto resistiré. Necesito que me diga cómo hacer para tener más fuerza de voluntad y eludir las tentaciones.
CONSEJO: Piensa en tu esposa y en que estás arriesgando tu hogar. Si te consideras un hombre inteligente, entonces piensa con la cabeza y no con otra cosa. Las tentaciones estarán siempre a la vuelta de la esquina y sólo depende de ti alejarlas.
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