martes, 31 de agosto de 2010

CASOS DEL CORAZON

Me sentaban en ladrillo caliente

NORMA (40, Maranga).- Pese al paso de los años todavía sigo marcada por los excesos de mi madre cuando era pequeña y me castigaba obligándome a sentar sobre un ladrillo caliente daca vez que hacía una travesura.

Recuerdo que a mi hermana menor la castigaba de la misma manera cuando mojaba la cama y no le importaba su llanto ni mis ruegos para que la dejara tranquila.

Ella siempre decía que debía tener mano dura con nosotras, pues enviudó cuando estábamos chicas y ella sola era padre y madre.

Siempre justificó su desmedido castigo diciéndome que debía ponernos en orden desde pequeñas para que la obedeciéramos.

Pero no sólo nos hacía temerle, sino que que las sentadas en ladrillo caliente nos dejaran marcas físicas y psicológicas, aunque éstas últimas fueron las peores.

Ni hermana no logró controlar sus esfínteres hasta los seis años y ahora de adulta tiene pesadillas por las noches.

En cambio yo, doctora, llevé la peor parte, pues muchas veces por defender a mi hermana me culpaba de travesuras y evitaba que fuera castigada, pero en su lugar a mí me sentaban en el ladrillo ardiendo.

Por esa razón no he podido entablar una relación de pareja seria y estable, pues cuando me piden para tener intimidad me retraigo y de inmediato corto la relación.

Y es que las quemaduras que sufrí de niña dejaron marcas en la piel de mis glúteos y me muero de vergüenza de que me las vean o el hombre que esté conmigo se desanime al verme las cicatrices.

No sé qué hacer, doctora, pues están pasando los años y yo quisiera formar un hogar, pero no sé cómo quitarme mis traumas.

CONSEJO: Busca la ayuda de un especialista para que te ayude a controlar tus temores y superar la vergüenza que tienes. Debes entender que las personas valemos más por lo que somos que por lo que tenemos o nuestra apariencia física. Un psicólogo te será de mucha ayuda.

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